Sin duda, el pasado año ha estado lleno de problemas, muchos de los cuales han venido agravándose desde el año 2006. Inicialmente con Evo Morales Ayma en el gobierno, no se aprovechó la bonanza económica por la subida de precios de materias primas nacionales, principalmente del gas exportado al Brasil y la Argentina. Pero como esa explotación fue excesiva, sin medidas para reponer las reservas de gas, ahora la producción de ese energético ha llegado a niveles ínfimos. Como resultado, Bolivia ha dejado de contar con la principal fuente de ingresos económicos. Después del breve gobierno transitorio de Jeanine Añez, volvió el MAS al poder con Luis Arce Catacora, pero la economía nacional ha llegado a una situación crítica, por continuar un modelo económico productivo que ha mostrado enormes fallas. Es que, particularmente, se recurre a un capitalismo de Estado que ha fracasado en el pasado. Y continúa el afán extractivista, es decir, vender recursos naturales para obtener divisas. Tal tendencia populista, en un caso, ha dado lugar a avasallamientos de tierras por afines al masismo, así como voraces incendios forestales, hasta en parques nacionales, para ampliar la frontera agrícola, explotar recursos naturales o lotear terrenos. A esos problemas se suman otros, como el déficit fiscal que aumenta en los últimos años, una insostenible subvención a hidrocarburos, la disminución de las RIN, la inflación que crece, la falta de dólares, de combustibles, el “corralito financiero”, por el que ahorristas en dólares no pueden recuperar sus dólares cuando deseen, la elevación de precios de alimentos, la corrupción impune, etc. En el ámbito político, en 2024 causaron hastío y disgusto en la población los enfrentamientos entre “arcistas” y “evistas”, no obstante, cuando se trataba de impulsar medidas favorables para el masismo, se unían sin demora. Lo peor de estas dudosas rencillas fue el bloqueo de caminos iniciado por radicales evistas por más de dos semanas en Cochabamba, causando enormes daños económicos a sectores productivos y varias poblaciones. Pero, como ya es costumbre, las sanciones para algunos responsables de esos hechos, afines al MAS, son mínimas. Ahora, cuando se acercan las elecciones generales, siguen los ataques entre “arcistas” y “evistas”, por otra parte, no hay unidad total en sectores de la oposición. Por ello, la población sigue esperando que comience un amplio debate sobre ideas para sacar al país de la actual crisis económica, política y social. Pero en este campo no se observa cambios de conducta que causen optimismo general. Por parte del gobierno actual, ante los problemas mencionados, continúa asumiendo medidas parciales de efecto temporal. Y solicita la aprobación de créditos externos, lo que implica endeudar más al país. Por todo ello, el año que inicia encuentra a la mayoría de la población con incertidumbre sobre lo que pasará a corto plazo y desconfianza en que el gobierno de Luis Arce, verdaderamente tenga capacidad para mejorar la economía nacional.