El hecho de que las mujeres hayan logrado alcanzar cargos de responsabilidad que exigen “alto intelecto y exigencia” en varios ámbitos de la sociedad como la política, la ciencia y las artes, son un reflejo de que los viejos paradigmas excluyentes hacia la mujer fueron superados, comentó la magistrada del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Fanny Coaquira Rodríguez.“Sostengo que aquella vieja visión excluyente ha sido felizmente superada y hoy, más que nunca, las mujeres somos protagonistas de nuestro destino e inclusive del futuro de nuestros pueblos, (…) siendo un ejemplo de aquello el terciar en justas electorales para encabezar una magistratura o el dirigir los destinos de un país con la toma de importantes decisiones”, señaló Coaquira en un artículo de opinión en homenaje al Día Internacional de la Mujer.La magistrada, elegida por voto popular en las elecciones judiciales de diciembre pasado, manifestó que la conquista de los derechos civiles y políticos de la mujer han contribuido a la formación de una sociedad más “inclusiva, plural y justa”, agregando a la convivencia social y a la cultura una mayor “sensibilidad, constancia, comprensión y paz”, elementos que, en su criterio, caracterizan al temperamento de las mujeres.Coaquira recordó que “en nuestro país, la historia ha sido testigo del concurso de grandes mujeres, conocidas muchas y en el anonimato muchas otras, que han sido protagonistas de la consumación de nuestra independencia o han encaminado la sublimación de las artes, la política y la ciencia”. ¿SE SUPERARON PARADIGMAS?Si bien es innegable que la mujer boliviana ha conquistado espacios de poder y ha logrado mayor protagonismo en la sociedad boliviana a lo largo de la historia reciente, la violencia contra este sector de la población no cesa e incluso parece ser cada vez más recurrente, pese a los avances en legislaciones y normativas de prevención como la Ley 348.Cada año se registran decenas de crueles feminicidios en el país, donde las vidas de muchas mujeres son apagadas en manos de sus parejas sentimentales, esposos, concubinos y exparejas. Esta lamentable realidad, en contraste con las narrativas de inclusión e igualdad, hace cuestionar si aquellos “viejos” paradigmas de opresión de la mujer han sido realmente superados.Desde hace varios años, las denuncias por violencia familiar siguen siendo el caso más atendido por el Ministerio Público, instancia que recientemente informó que atendió cerca de 8.500 casos en poco más de dos meses del año, lo que significa que seis de cada ocho casos de violencia ocurren dentro del hogar.